
Miran vacilante y con silencio
las alcobas,
y dejan atrás sus vidas,
los heridos amantes.
La luna única testigo
del eterno juramento,
guardó celosamente los corazones
bajo siete llaves.
las alcobas,
y dejan atrás sus vidas,
los heridos amantes.
La luna única testigo
del eterno juramento,
guardó celosamente los corazones
bajo siete llaves.
Amiga, me encanta conocer
ResponderEliminartu bog!
Bello poema!
Besos con cariño
Maria Lua
GRACIAS MARIIIIIIIIIII, QUE BUENO VERTE, SOY NUEVITA EN ESTO JAJAJAJA
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