martes, 20 de abril de 2010

POR ESA SAVIA...


Por esa savia que corre por mis azules venas,
que no se sacia con los prodigios de los divinos astros,
que maraña todo pensamientos trazados y maquiavélicos
y se calma, admirando la plétora, sobre un acantilado.
Por esa savia que no olvida los bellos sentimientos,
y despoja sin antes redimirse, la perenne culpa,
esa, que con tal desenfreno e insolencia milenaria,
a despojado de toda armonía, al cuerpo humano.
Por esa savia que activa en mi, toda célula de vida,
y que atiza la somnolencia que invade el discernimiento,
por ese vigor desbordante, que produce los dulces espasmos,
de sentirse uno con vida, tanto fuera como por dentro.

ME VOLVI NADA...




Me volví nada…
Me hice escasez,
carestía limitada.

Mis ojos…
Penas escarlatas,
evasivos, marchitos.

Mi rostro…
Un boceto esfumado,
áspera escarcha.

Mis labios…
Una mueca dormida,
lánguidos besos.

Mi cuerpo…
Párvula espiga,
irresoluta ausencia.

Y mi corazón,
Mi corazón se hizo tuyo,
cuando te marchaste…

TUYOS...

Son tuyos
cada uno de los versos
que besa mi boca,
y cada línea de mi trazo.

Son tuyos,
el silencio y esta soledad
que me agobia,
y cada lágrima de mi llanto.

Son tuyos,
mi mirada dispersa,
la pupila dilatada
que te busca entre las sombras.

Son tuyos,
cada paso somnoliento,
y el suspiro enamorado
que de mi pecho brota.

Son tuyos…